Resulta que mi relación acabó, ¿y ahora qué?

Probablemente la información que te presentemos a continuación no te hará superar a tu ex más rápido, pero te puede ayudar a entender mejor tu proceso y darte ideas que te ayuden a sanar.

Durante la etapa de post-ruptura es importante recordar que terminar una relación o transformarla no significa una falla a nivel personal, sino que es un aprendizaje sobre qué queremos, qué no, nuestros límites y expectativas. Aprender sobre todo esto, en una relación que no funcionó o que dio lo que tenía que dar, no es una “pérdida de tiempo”, es una oportunidad de crecimiento y un paso más en el autoconocimiento, nada tiene que ver con la valía de tu persona.

Te recomendamos mirar la ruptura como una oportunidad para concentrarte en ti, invertir tiempo en cosas que te son importantes, explorar tus pasatiempos y reencontrarte con lo que te gusta, así como identificar algunas ideas o metas que has deseado emprender y que ahora podría ser factible construir.

Al terminar una relación, también cambian más aspectos en nuestra vida como hábitos, algunos planes y espacios en los que nos desenvolvemos. Observarlo nos permite concentrarnos en reconfigurar, planificar y soñar con nuevas opciones que nos den bienestar.

¿Qué hacer y qué no hacer en una ruptura amorosa?

No existe una fórmula mágica que indique con exactitud el tiempo que tomará “superar” la ruptura, pero existen algunas estrategias para acompañar el proceso como:

- Darte chance de sentir todas las emociones que esto conlleva.

- Tomar el tiempo que necesites para dejar salir los sentimientos que exigen hacerse presentes.

- Cuando te sientas con energía pasa tiempo con tus amigues, y date la oportunidad de disfrutar de otras relaciones sin concentrarte en la ruptura.

- Explorar nuevas actividades y poco a poco reintegrarte a las que ya tenías establecidas.

Las rupturas nos duelen y nos conectan con emociones que no necesariamente nos gusta sentir y que nos resultan difíciles. Para algunas mujeres o personas que nos asignaron ese género al nacer, es posible que experimentemos más sentimientos de culpa, vergüenza y preocupación por la opinión de terceros al respecto de nuestra capacidad de mantener una relación, debido al papel que nos ha sido dado por la sociedad como las responsables de cuidar la vida, las relaciones y sostener la familia.

Aunque los sentimientos que experimentamos durante la ruptura nos llevan a pensar que la relación es lo único importante, que nos da valor y sentido, es importante que recuerdes todas las otras dimensiones de tu vida y todos los otros vínculos que te componen. No sólo somos “la pareja de”. Eres hije, amigue, alumne, compañere y hasta crush de otras personas que también son importantes y haces muchas otras cosas valiosas.

Sin embargo, también es importante platicar sobre acciones o comportamientos que no está chido tener cuando terminamos alguna relación, por ejemplo:

- Entrar a sus redes sociales a ver si sale con alguien más o saber de su vida.

- Escribirle y marcarle borrache.

- Ir a su boda con ropa de novia/o/e.

- Acosar a su nueva pareja.

- Buscar que le aislen.

Recuerda que el sentirnos mal no nos autoriza para ser hostiles, invasives o violentar a la otra persona, nuestro dolor no nos da permiso para romper los límites que se han establecido.

Es normal sentir enojo y hay estrategias más sanas para canalizarlo, si consideras que no estás logrando manejarlo por ti misme y necesitas apoyo, siempre puedes acudir a profesionales de la salud mental que podrán ayudarte a canalizar las emociones que se desborden, en nuestro directorio encontrarás algunas referencias.

¿Qué límites necesito post ruptura para mi bienestar?

El dolor socioemocional vivido a raíz de una separación tiene muchas similitudes con un fuerte dolor físico. Así que cuando decimos que se nos rompe el corazón no es sólo una expresión más, a veces así se siente.

Todas las personas tenemos distintas necesidades para sentirnos un poco mejor después de una ruptura. Existen diversas estrategias que pueden contribuir a nuestro cuidado, todas son válidas siempre y cuando no lastimen a terceras personas.

Muchas veces escuchamos que deberíamos perder amistad o contacto. Si te genera bienestar tener contacto cero con esa persona, ya sea bloqueándole en redes sociales o separándote de espacios en común, respeta tu proceso e identifica cómo van evolucionando tus sentimientos.

O, por el contrario, si identificas que lo que te ayuda a sobrellevar mejor el proceso es seguir en contacto con esa persona, o tratar de mantener una amistad, no te reproches ni recrimines por “no poder soltarle”; sin embargo, es necesario respetar los límites de la otra persona y tener presente que aunque tú tengas la necesidad de verle o comunicarte, la otra parte no tiene por qué corresponder o necesitar lo mismo.

Algo que te puede funcionar para tener pautas más claras sobre como será este proceso es hacer acuerdos durante la relación para que, si termina, ya sepan los cuidados que se requieren mutuamente. Sabemos que los cambios, en general, pueden ser abrumadores y cuando terminamos una relación pueden ser muchos en poco tiempo: planear qué van a hacer con las cuentas compartidas, algún proyecto en común, los ahorros, los animales de compañía e incluso el Spotify compartido nos puede dar mucha tranquilidad.

No en todas nuestras relaciones o rupturas hay disposición para el cuidado. Si la ruptura es consecuencia de una relación violenta o durante el proceso ha habido episodios que vulneran tu bienestar, en nuestra plataforma Liberas puedes encontrar más recursos, así como rutas de acción para ponerte a salvo.